La
década anunciada como ganada merece discusión, sobre todo desde el punto de
vista de crecimiento económico. Por lo tanto, no solo es necesario comparar nuestras
cifras con el promedio histórico, sino también es oportuno ponerlas en contexto
regional; y así tener una imagen que permita analizar con mayor objetividad aciertos, errores, y, sobre todo, los retos que quedan para el futuro.
¿Cerrando la brecha?
Un tema
esencial es saber si el crecimiento económico ha sido sostenido, y,
concretamente, ver si este crecimiento se tradujo en una reducción de la brecha
con respecto a las economías más avanzadas. Es decir, si existió “convergencia”
con respecto a estos países. La evidencia muestra que entre 2007-2014 en
términos de ingreso promedio por habitante, medido a través del PIB per cápita[1],
el Ecuador cerró ligeramente la brecha con respecto a Estados Unidos (gráfico
1). Así, en 2007 el ingreso promedio de un ecuatoriano era 17,4% del ingreso
promedio de un estadounidense. Mientras que en 2014 (última cifra disponible
para comparar) esta relación fue 20,8%. En otras palabras, un ecuatoriano tiene
un ingreso promedio que es una quinta parte del ingreso promedio de un
estadounidense. Este avance resulta pequeño si se toma en cuenta que durante
estos años el Ecuador vivió su segundo boom petrolero, con un precio por barril
por encima de $100 el barril por varios años
consecutivos;
y, además, si se considera que Estados Unidos sufrió la crisis económica más
grande desde la Gran Depresión de 1929.
Gráfico 1: PIB per cápita de países seleccionados en América Latina como % del PIB per cápita en Estados Unidos, 2007-2014
Nuestros
vecinos, por su parte, cerraron esta brecha mucho más rápido que nosotros. El
gráfico 1 muestra que Chile, por ejemplo, acortó la relación de su PIB per
cápita con respecto al PIB per cápita de Estados Unidos, entre 2007 y 2014, al
pasar de 36,3% a 42,2%,. De igual manera, el caso de Colombia y Perú presentan
un ritmo de convergencia más rápido que Ecuador. De hecho, Perú en 2007 se
encontraba en un nivel inferior al Ecuador, y aunque la brecha por cerrar es
todavía significativa, los resultados son alentadores, a pesar que el ambiente
internacional se ha deteriorado[2].
Un caso lamentable es Venezuela que ha
deteriorado su situación económica drásticamente.
Es
obvio que el tiempo considerado aquí es corto, por lo que una perspectiva de
más largo plazo es útil. El gráfico 2 muestra que durante la década de 1990[3],
la brecha se estancó para los países considerados, excepto Chile. En este caso
el ingreso promedio por habitante pasó, entre 1990 y 2014, de 25% a 42,2%, con
respecto al ingreso promedio por habitante en Estados Unidos. El caso ecuatoriano
es muy similar al de Colombia y Perú, en donde existe incluso un retroceso en
términos de convergencia, en la segunda mitad de la década. Los años con un
deterioro significativo para Ecuador son 1999 y 2000, que son los años de la
crisis bancaria. Es claro e innegable que en esta perspectiva de más largo
plazo, el avance en cerrar la brecha ha sido importante en estos últimos años
para el país. Sin embargo, el Ecuador no ha sido un caso aislado, este ha sido
un patrón de la región en general, y en el cual han existido ejemplos más
exitosos, como se discutió. Venezuela, sin ser una sorpresa, ha sufrido un
marcado retroceso, que se aceleró en los últimos años. De hecho, como se
observa en el gráfico 2, entre 1990 y 2014 el ingreso promedio por habitante en
Venezuela con respecto al ingreso promedio de un estadounidense, pasó de 39% a
32%. A partir de 1999, incluso cae por debajo del nivel de Chile. El mal manejo
económico es evidente.
Gráfico 2: PIB per cápita de países seleccionados en América Latina como % del PIB per cápita en Estados Unidos, 1990-2014
Chile
es el ejemplo más exitoso en la región, por lo tanto se puede analizar si el
resto de países han cerrado la brecha, en términos de PIB per cápita, con
respecto a la economía de mejor desempeño. El gráfico 3 muestra, nuevamente,
que Perú y Colombia han cerrado esta diferencia mucho más rápido que Ecuador,
que incluso lo ha hecho a un ritmo más lento que con respecto a Estados Unidos.
Es decir, los resultados son más “modestos” en términos regionales, si se
compara con respecto a la economía de mejor desempeño.
Gráfico 3: PIB per cápita de países seleccionados en América Latina como % del PIB per cápita en Chile, 2007-2014
Este
artículo no ha discutido temas de distribución del ingreso o pobreza. No
obstante, Latinoamérica en general ha tenido un década positiva en estos
componentes. Perú, por ejemplo, es el caso más exitoso en términos de reducción
de pobreza en la última década; y en los últimos años, Uruguay también ha tenido
avances destacados, como se aprecia en el más reciente informe de la CEPAL. Un artículo anterior[4] discutió las cifras de crecimiento,
gasto público y pobreza, con conclusiones similares a las encontradas aquí. Los
avances son para toda la región, con países que han aprovechado de mejor forma
las condiciones externas favorables, sin comprometer su estabilidad
macroeconómica.
El “milagro” económico asiático en
perspectiva histórica
Uno de
los casos que sirven como ejemplo de crecimiento sostenido, es el “milagro”
asiático que empezó en la década de 1960. Entre los países que registraron
crecimiento económico con tasas superiores al 8% por más de 30 años estuvieron:
Singapur, Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong, principalmente. Este crecimiento se
tradujo rápidamente en un recorte de la brecha con respecto a las economías
desarrolladas. El gráfico 4 ilustra claramente la convergencia de estos países
con respecto a Estados Unidos, en términos de PIB per cápita. El caso de
Singapur es el más llamativo. Estos países se recuperaron rápidamente de la
crisis de 1997 y también han mantenido un crecimiento sostenido durante la
última década. La convergencia es evidente.
Gráfico 4: PIB per cápita de países seleccionados en Asia como % del PIB per cápita en Estados Unidos, 1965-2014
Fuente: Banco Mundial
El
éxito de estos países en términos de crecimiento ha sido ampliamente discutido
en la literatura y entre sus principales determinantes destacan un significativo
y sostenido incremento de la inversión, apertura comercial y un rol importante
para el capital humano. Entre sus debilidades se discute el bajo impulso que
tuvo la productividad que tuvo en las cifras de crecimiento (ver Krugman
(1994), Young (1995), Sachs et.al (1995))[5].
Muchos
de estos países tenían un ingreso por habitante menor que varios países
latinoamericanos en 1960, aunque las razones detrás de esas diferencias están
fuera del alcance y propósito de este artículo (Una discusión interesante se
encuentra en este link). De cualquier manera, el crecimiento sostenido es resultado de un
proceso de largo plazo; y catalogar de milagro a un periodo relativamente corto
es ignorar las lecciones que tiene la historia.
Comentarios finales
La
década ha sido beneficiosa para la región en general, no solo para Ecuador. La evidencia muestra que varios países han
cerrado la brecha con respecto a economías más desarrolladas, lo que contrasta
con décadas anteriores. Sin embargo, hay países que han aprovechado de mejor
forma las condiciones externas para sentar las bases de lo que parece ser un
proceso de crecimiento sostenido. Esto no significa que las economías de la
región no han sufrido, cada una a su manera, el embate del deterioro de las
condiciones externas; sino que varios países están mejor preparados para
enfrentarlas. De hecho, se espera que varias economías crezcan por encima del 3% en este 2016, contrario a lo que espera en
Ecuador, incluso antes de que ocurra el terremoto.
Por
otro lado, es claro también que para alcanzar estos periodos catalogados como
“milagros” económicos, se necesitan décadas de crecimiento sostenido basado en
políticas adecuadas que miren más allá de sus intereses políticos, como ilustra
claramente el ejemplo asiático, que aunque no resulta perfecto, deja lecciones
históricas valiosas. La primera y más importante parece obvia: no hay milagros
en economía.
Finalmente,
quedan más dudas que certezas ¿Por qué no cerramos la brecha más rápido? ¿Qué
rol jugaron los factores institucionales? ¿Son sostenibles los resultados de la
última década frente al panorama de los próximos años? Estas son solo algunas
de las preguntas que necesitan más investigación desde varios campos.
Nota:
El
análisis no incluye a Argentina porque en la última información disponible en
el sitio del Banco Mundial para el PIB per cápita en dólares de 2011, no habían
datos para este país. Si existía información con dólares de 2005, pero para
utilizar la última información disponible que permita realizar la comparación
entre países se optó por la serie más reciente. Esta serie está disponible
desde el año 1990. No obstante, el análisis hecho aquí no cambia si se usa la
serie de dólares 2005, disponible en la página del Banco Mundial.
Para el
análisis de Asia se usó la base con dólares 2005 (PPP), para tener la serie desde
1965.
[1] Para que las cifras sean
comparables se usó la serie del Banco Mundial de PIB per cápita en dólares de
2011 (PPP). Una explicación de las cifras se encuentra en la sección "nota".
[2] El FMI espera que la economía
peruana crezca 3,3%.
[3] En la nota del final se explica
porque se toma como punto de partida el año 1990.
[4] “Ecuador y Latinoamérica:
crecimiento, gasto público y pobreza ¿un solo modelo?”. Carta Económica. CORDES.
Octubre, 2014.
[5] Ver
1)
“Economic Reform and the process of Global Integrationº (Sachs
et.al, 1995).
2)
“The Tyranny of Numbers : Confronting the
Statistical Realities of the East Asian Growth Experience” (Young, 1995)
3) “The Myth of
Asia´s Miracle” (Krugman, 1994)